La vida la construye uno mismo. Somos nosotros quiénes decidimos cuándo y dónde. Algunos se valen de un cambio de año o de su cumpleaños. La excusa es perfecta.
Así que en esta etapa de mi vida, voy a emprender este enigmático y emocionante viaje.
¿Me acompañas?
Sólo necesitas ver la vida como un turista. Emocionarte con lo que te rodea. Reír. Llorar. Caminar asombrado y aprovechar lo que te ofrece la vida. Como si el mundo fuera pintado con colores abstractos. Aprender a mirar para poder ver.